© Macarena Márquez Jurado
Las ceras acuarelables son colores a la cera que se pueden
utilizar en seco o en húmedo. Podemos querer acuarelar toda nuestra obra, o
sólo algunas partes, dejando los trazados de color en seco, tal y como se
aplican. También tiene otra cualidad, y es que, o bien podemos trabajar con
transparencias, o con el color sólido. Dependiendo de nuestros gustos o de lo
que queramos pintar. El que sea más o menos transparente también dependerá de
dos factores, la cantidad de color que apliquemos al pintar, y la rotundidad o
fuerza de nuestro trazo.
Creo que pintar con este tipo de ceras es tan fácil como difícil.
A veces, cuando queremos conseguir planos de color block muy
elementales, resulta más fácil que con la acuarela en pastilla o en tubo. Sin
embargo, a la hora de conseguir matices se requiere cierta técnica.
La casa verde - Ceras Acuarelables - Macarena Márquez |
A mí me gusta utilizar este tipo de lápices o barras de ceras
solubles al agua, wax crayons en inglés, sobre papel negro de
300 gramos. El color sobrepigmentado de la cera vibra sobre el papel oscuro. En
este caso, he utilizado papel verdoso de gramaje 300. El color es lo de menos,
depende de los gustos, pero gran parte del éxito está en las marcas y en la
calidad del producto.
Mi opinión sobre esta técnica es muy concreta. Recomiendo este
tipo de cera, por supuesto para niños, también para personas que están
empezando y que aún no tienen demasiado juicio de evaluación sobre su propia
obra. Tampoco tienen complejos, y cuando se pinta de esta forma, libremente y
sin temor a equivocarse, se puede llegar a resultados excelentes. Incluso a
verdaderas obras de arte, a las que el artista experto llega por evolución
después de pasar por todas las destrezas y estilos.
Y también las recomiendo para artistas con mucho dominio de todas
las técnicas, en este caso de técnicas al agua. Porque es una forma excelente
de soltarse y dejar atrás lo aprendido para desarrollar y, a veces, encontrar
un lugar diferente, pintando con un estilo diferente.
A quien no recomiendo este tipo de ceras acuarelables, aunque
tampoco esto que expreso es algo rotundo, y nunca se sabe, es a las personas
con un nivel medio de aprendizaje en el arte de pintar. Ese nivel medio es el
que requiere disciplina, y los crayons solubles al agua, si no
se abandonan los miedos, pueden resultar frustrantes. Combinan el tramado de la
pintura con lápiz o pastel más clásica, con la aventura del agua, que la
denomino así porque es una verdadera aventura. Lo que quiero expresar es que,
después de dibujar y tramar una composición, con sus luces, sombras y matices,
al añadir agua con nuestro pincel sobre la pintura en seco, nos arriesgamos a
perder el trabajo previo.
Por supuesto que esto es algo con lo que el artista juega desde
que se enfrenta a un papel blanco, o negro, sin embargo, en el caso de
los crayons es un viaje hacia el “no sé qué va a pasar”,
una aventura intrépida en la que tenemos que estar continuamente arriesgándonos
a perder. Está claro, el que no se arriesga no gana nada, y en esto, como en
todo, hay verdaderos virtuosos de la técnica, artistas con mayúsculas que
siempre ganan.
Es maravilloso que nos regalen una caja de crayons solubles
al agua, si es de una marca de las reconocidas en el mercado, mucho mejor. A
mí, solo el olor, ya me inclina a coger mis ceras y a pintar. Pero, si no nos
las regalan y tenemos que comprarlas, empezaría por una caja de pocos colores y
de una de las marcas que hay en el mercado para ensayar. Es importante probar
el pigmento, que sea de calidad, y también es importante su concentración, ya
que de esto depende la brillantez de los colores, su vibración. Y, por
supuesto, los resultados. Hay algunos crayons que, en la caja
parece que tienen colores atractivos y sólidos, pero al aplicar, simplemente al
rayar, ya podemos darnos cuenta de que el pigmento no se corresponde con lo que
parece, apenas pintan por decirlo de una forma lo más clara posible, no digamos
ya cuando aplicamos agua, porque entonces el pigmento desaparece del todo.
Sobre todo, si lo que queremos es hacer un trabajo de diseño, necesitaremos que
sean cubrientes para obtener colores block.
Hay marcas excelentes que venden este tipo de ceras solubles por
separado, lo que es conveniente, primero porque con los tres colores
básicos: rojo, amarillo y azul,
blanco y negro, podemos hacer pruebas. Y después, si los resultados son buenos,
podemos adquirir cajas de 24, de 40 o los colores que queramos. La variedad es
enorme. Como digo, yo valoraría mucho, lo que más, que, al aplicar agua sobre
nuestra trama de cera en seco, no queden marcas o restos; que sean realmente
solubles, y que se disuelvan con facilidad, sin tener que aplicar añadidos de
agua, al menos no más agua de la que queremos.
Material empleado:
Papel de gramaje 300 gr. Algodón 100%. Tamaño: Pliego.
Crayons: Ceras acuarelables. Caja de 40 unidades
Pinceles:
- Redondos del 6 y 18
- Plano del 12
Barniz plastifijador:
Lápiz: Carboncillo
Recomiendo varias cosas, al margen de mi inclinación por el papel negro para esta técnica. También se pueden utilizar cuadernos de papel blanco para técnicas mixtas, existentes en el mercado, y que son de gran calidad. Siempre recomendaré gramaje alto para trabajar con ceras solubles al agua. En ocasiones, podemos necesitar hacer raspados, y un papel con apenas gramaje no lo admitiría. En esta composición, he hecho algunas rayas raspando con un cutter.
También es bueno contar con un portaceras. Son como los
portalápices, pero de diámetro mayor. Son necesarios porque los crayones vienen
envueltos en un papel protector que tenemos que quitar en la medida en que
vamos utilizándolos, y porque, al no pintar con ellos de forma oblicua al
papel, sino más bien tumbándolos, necesitaremos un mango más largo que el que
ofrece un tramo de cera o la cera entera, que no mide mucho más de 8 cms. Hay
una gran diferencia entre pintar sin portaceras, o con este artilugio. Siempre
en la medida de las necesidades.
Lo siguiente que recomiendo es un cutter, no sólo
para raspados como ya he apuntado, sino para sacar punta, ya que, aunque
después añadamos agua, podemos necesitar hacer líneas finas, e incluso dejar
esas líneas sin acuarelar.
Del mismo modo aconsejo hacer pruebas de rayado en un papel antes
de empezar, ya que, dependiendo de las marcas, algunas veces, al añadir el
agua, permanecen las líneas que hemos trazado, y sus marcas no siempre quedan
bien.
Hay paletas específicas para este tipo de ceras solubles al agua,
y también se puede hacer pruebas en una tabla blanca de cocina de las que
existen en el mercado, que tienen serigrafiadas pequeñas urdimbres que vienen
bien a la hora de probar los colores y texturas.
Por último, he de decir que, una vez terminada la obra, suelo
utilizar barniz plastifijador. Para proteger de la luz, pero también porque los
oscuros tienden a matificarse, y este tipo de barniz aporta brillantez a la
composición.
Espero que este artículo haya sido útil.
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Macarena Márquez Jurado Wikipedia
Libros de la autora:
Treinta y siete minutos en el atasco - Novela
Bárbara de Braganza - Biografía Histórica
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