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Qué es un Sketchbook

 El Sketchbook, o cuaderno de bocetos, es un bloc que lleva el artista o aficionado cuando sale del estudio. Tiene alguna característica básica. Aunque los hay de muchos modelos y calidades, lo idóneo es que tenga tapa dura.

Cuando estamos en la calle o en medio de la naturaleza no hay mesa. Debemos poder apoyar sin que se nos arrugue el papel. Por otro lado, dependiendo si vamos a dibujar o a pintar con acuarela, necesitaremos un tipo de papel de mayor o menor gramaje. Si vamos a hacer apuntes, elegiremos un papel de grano más fino y menor gramaje, pero en cuanto entra en juego el agua, hay que ir subiendo el gramaje y la calidad. El papel deberá tener mayor consistencia. Si es posible libre de ácidos para que resista mejor el paso del tiempo, que es lo que yo quiero.

<alt="Sketchbook Malasaña Madrid"/>
Sketchbook - Madrid - Malasaña
Macarena Márquez Jurado
www.macuarela.com

Hay veces en que pintamos sentados sobre una piedra, en la arena de la playa o la tumbona, sobre una silla plegable, en un poyete o banco. Nuestra mesa normalmente son nuestras piernas, por eso la tapa dura del cuaderno es fundamental. También es posible que queramos pintar desde arriba, o que no nos podamos sentar. Entonces nos pondremos de pie, cogeremos el cuaderno con una mano, a modo de atrio, y pintaremos o dibujaremos con la que queda libre.

Hay sketchbook con forma panorámica, horizontal, que son los que mejor se adaptan para ciertos paisajes de campo o marítimos, aunque en ocasiones, como la que ilustra este artículo, me gustan los tamaños algo más cuadrados, de modo que quede papel suficiente para poder escribir.

El sketchbook no sirve sólo para plasmar espacios, imágenes o el mundo que nos rodea, para el artista todo es motivo de creación. Hay artistas plásticos, o aficionados, a los que no sólo nos gusta la imagen, sino también la palabra. Para ello, la elección de nuestro cuaderno de bocetos será fundamental. Soy escritora.

En los ratos de tranquilidad, en vacaciones o cuando salimos intencionadamente a pintar al exterior, muchas veces nos sobrevienen ideas. Puede ser una frase sin mucho sentido, una reflexión, la descripción personal de una imagen. Todo quedará reflejado en nuestro diario plástico.

<alt="Malasaña Madrid Calle del Espíritu Santo"/>
Sketchbook - Madrid - Malasaña
Macarena Márquez Jurado
Texto. Pag. Izquierda

Iba de paseo por Malasaña, bajaba por la calle Espíritu Santo, al llegar a la de Santa Lucía me encontré con este esquinazo. Ahí paré. Se acababa de disparar la creatividad. Era un edificio azul sobre un cielo azul de los intensos. Abajo estaba anocheciendo. Arriba aún era de día. Un verdadero lío de luces y de azules.

No había banco. No había silla. Así que esbocé de pie, abriendo las líneas hacia arriba, exagerando la inclinación para reflejar mi situación de calle. Tuve que hacer un esfuerzo para comprender qué era más azul, el cielo, el edificio, o la atmósfera de la calle, a donde la luz ya casi no llegaba. Eso de que abajo sea casi de noche y arriba aún de día es algo que me encanta y que se da en las ciudades. 

Fijé la luz y los colores in situ, con pinceles de agua que llevo cargados, y escribí con un rotulador metálico. 

<alt="Pincel con cargador"/>
Pincel con cargador

Rotulador Metálico Staedtler

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Fijé la luz y los colores, ese momento. Rematé líneas ya en casa. Me quedé sin luz. Ni abajo, ni arriba.

<alt="Urban Sketch Madrid"/>
Sketchbook - Madrid - Malasaña
Macarena Márquez Jurado
Página derecha


Pero la luz se ha quedado en el cuaderno. Se trata de otra luz y otros colores que los que aporta una o un millón de esas fotografías de las que llenan de bytes nuestros teléfonos. La fotografía es un arte que también me encanta y que me ayuda a la hora de enfocar o de llevarme paisajes cuando no voy con cuaderno. Esto es otra cosa.

<alt="Calle Espiritu Santo Madrid Acuarela"/>
Sketchbook - Madrid - Malasaña
Macarena Márquez Jurado
Detalle

Sinceramente, si solo hubiera disparado veinte fotos, que es lo que solemos hacer, esas fotos hubieran caído en el olvido porque casi todas las esquinas de mi ciudad, Madrid, tienen vida, arte, más vida, energía. No pararía de fotografiarla. Pero eso no es lo que quiero. Sobran fotografías rápidas. Y faltan instantes o luces detenidas. 


Hablamos de slow life, slow travel o slow cooking. Empecemos a hablar de slow art.

Esta esquina en concreto no se me va a olvidar nunca, porque, además, no quiero hacerlo. No sé de quien será este cuaderno cuando ya no esté en el planeta. Quien quiera que sea, no tendría la foto, y tampoco ese punto de vista parado en el tiempo en el que algún día yo estuve. Espero despertar la curiosidad de esa persona que lo herede y que se dé el paseo por Malasaña en busca de la casa. A lo mejor pintan las fachadas de otro color. También espero que no lo hagan, porque es preciosa así, y supone un alegre reto contra los azules de los cielos madrileños, esos de los que nunca quiero alejarme y a los que siempre echo de menos cuando no estoy.

El sketchbook es cuadrado, de 19 x 19 cms. y gran calidad: 300 g/m2, 100% algodón, libre de ácidos. Está encuadernado con las tapas de piel sintética, es de la marca Viviva. Y en honor a la marca, espero que viva. Ahí quedará.

Así quedó al completo:

Sketchbook - Madrid - Malasaña
Macarena Márquez Jurado
www.macuarela.com


En otro artículo hablaré de otros cuadernos de bocetos, de otros bocetos que nada tienen que ver con los paisajes, otras experiencias.


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Rotuladores acuarelables. Water Colour Marker.

 © Macarena Márquez Jurado

En este artículo se explica cómo utilizar los rotuladores acuarelables. Para ello se utilizan ejemplos claros de modo que, cada uno pueda elegir cuándo o cómo utilizarlos; saber, si quiere incorporar todos, algunos o ninguno a su maletín de acuarelista.


Lo primero que quiero expresar es que, cuando nos disponemos a llevar a cabo una acuarela, no siempre nos tenemos que ceñir a un solo material. Imaginemos que iniciamos un boceto sobre papel. Podemos utilizar solo un tipo de acuarela en toda nuestra composición, o mezclar varios tipos. Voy unos días a la montaña, en concreto a una estación de esquí. Pinto varios bocetos de personas en movimiento sobre fondo nevado y diferentes cielos. Puedo utilizar acuarela en tubo para la figura y decidir pintar el cielo con rotulador acuarelable.

Para tomar estas sencillas decisiones del día a día de cualquier pintor, antes hay que conocer materiales y hacer pruebas con ellos.


<alt="Rotuladores Acuarelables para bocetos"/>
Figura 1
Esquiador. Rotuladores Acuarelables.
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Teoría sobre cada material hay mucha, y es muy importante. No me voy a cansar nunca de decir que el que no conoce materiales y texturas, quien no experimenta con ellos, difícilmente puede crear algo diferente, innovar, o sencillamente dar forma a lo que hay en su mente. Eso no quiere decir que tengamos que utilizar todo cada vez que pintamos. La creación de materiales nuevos avanza a un ritmo tan vertiginoso como toda la industria planetaria. Debemos probar lo que se innova o se recrea, al menos algunos elementos, siempre en la medida de nuestras necesidades. Al experimentar con lo novedoso, puede que nos enamoremos de algo y añadamos ese material a nuestra mochila de acuarelista.

A mí me sucedió con los Rotuladores Acuarelables para pintar ciertos cielos. Y lo tengo incorporado a mi maletín cuando voy de viaje o salgo al exterior.


El nivel de pigmentación de estos water colourmarker es alto como se puede observar en la figura 2. En este caso, para pintar un boceto rápido en el que el suelo es nieve, es el propio pigmento azul el que marca la línea de horizonte de la nieve.

<alt="Cielos con acuarela"/>
Figura 2
Detalle cielo. Rotuladores Acuarelables.


Yo utilizo un set de 6 de la marca Winsor&Newton para superficies medianas o  grandes, sin olvidar otras marcas de las que hablaré en otro momento. Es cómodo de llevar, viene en una caja que me recuerda algunas vintage que hicieron historia. Son estos. A continuación dejo explicado cómo los utilizo.


Set de 6 Rotuladores Acuarelables  Winsor - Newton


Tienen dos puntas, una que se puede utilizar como pincel directamente, y otra para remarcar, o delinear. Estamos hablando de un material inteligente. Para no dudar, para no machacar las puntas, los tapones están diseñados ad hoc. Esto es, tanto la punta a pincel como la fina están diseñadas para que las podamos distinguir y no machacar, una es con forma apuntada -la fina- y la otra es de base plana - el pincel -.  


Rotulador Acuarelable Winsor - Newton
Dos Tipos de Punta
Diseño inteligente con dos tipos de Tapón para no confundir
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Hay varias formas de utilización. 

Imaginemos que salimos a pintar al aire libre, es muy cómodo llevarlos. No ocupan, son rotuladores. Podemos llevar nuestro pequeño bote de agua y aplicarlos de múltiples formas.

Rotulador Acuarelable Winsor - Newton
Formas de utilización
1- Rotulador directamente sin agua
2- 1º Rotulador y después aplicar agua
3- 1º Agua y después aplicar rotulador

La primera, directamente pinto sobre una lámina plástica y añado agua. Con esa mezcla pinto en mi cuaderno de bocetos. La segunda, pinto directamente sobre mi cuaderno de bocetos y después añado agua, a todo o a algunas partes de la composición. Y la tercera, doy una pincelada de agua en mi cuaderno y después pinto con el rotulador azul, sin ejercer excesiva presión sobre el papel.


Personalmente me gusta esta tercera forma, y es la que he aplicado en el cielo de este boceto. Dibujé la línea de horizonte. Apliqué agua con el pincel sobre el cielo, y después, con la punta gruesa del rotulador, sobre húmedo, describí varios trazos. Lo dejé actuar. Y este es el resultado.

Esa es la magia, experimentar. Nunca se sabe del todo qué va a suceder cuando lo que pintemos esté seco. Hay que probar mucho y dejar hacer a nuestros materiales. En este caso he trabajado sobre un papel nada poroso de grano fino, un cuaderno de bocetos.

Aquí dejo una muestra de lo que explico. Particularmente me gusta más aplicar antes el agua, pero todo es cuestión de gustos y depende no solo del momento y circunstancia, sino también del objeto de nuestra acuarela. En trabajos de ilustración o diseño, casi siempre utilizaré el rotulador acuarelable directamente sobre el papel. 

En cuanto a las firmas, en este caso he utilizado un rotulador metálico dorado. Me encantan. Como siempre digo, la firma es parte de nuestro dibujo, es un dibujo que forma parte de nuestro dibujo valga la redundancia. Es pintura. Además, es composición siempre que así lo deseemos. En este caso he puesto a esquiar las letras. Ese juego creativo es algo que recomiendo.  

Figura 4
Detalle Firma. Rotuladores Acuarelables.
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Se me olvidaba algo. Por tratarse de tintas al agua, no tenemos esa sensación de olor poderoso de los rotuladores de tinta permanente. Estos últimos también me encantan, pero para otras cosas, y, además, esto es un blog de acuarela.

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El papel lienzo para pintar con Acuarela - Antinoo

Me quedé sin papel específico para acuarela. Al menos no eran de las calidades que suelo usar. Pero eso nunca es motivo para no emprender una nueva acuarela. Tenía varios pliegos de papel lienzo, que utilizo normalmente para acrílicos, tinta china o gouache, pero que también pueden servir para pintar con acuarela.

Tenía papel lienzo, y también tenía a Antinoo desde hacía varias semanas rondando por mi mente.

Antinoo. Figura 1. Acuarela sobre Papel Lienzo.
Macarena Márquez Jurado

Digo esto porque, hay algunas personas que están todo el día comprando materiales y no pintan nunca. Por el contrario, otras, no tienen tantos materiales, y, sin embargo, no paran de pintar. El equilibrio estaría en tener tantas ideas, como materiales para plasmarlas.


Siempre he hablado sobre el conocimiento de los materiales como primer paso antes de empezar en el mundo de la acuarela. Hay artistas que, inicialmente tienen la pulsión de pintar, y después buscan los instrumentos necesarios para llevar a cabo su inspiración. Y, si las tiendas están cerradas y los envíos tardan en llegar, pintan con el mismísimo plumero, con el cepillo de dientes, la brocha del colorete o un bastoncillo aplicado a cualquier papel o cartulina: la caja de detergente desplegada, la portada del periódico o la parte de atrás del calendario de turno. Hay veces en que sucede eso, la necesidad de pintar, ese algo que viene a ser como un aprieto cuya fuente no se sabe en dónde radica y que nos pone manos a la obra. En este sentido, todo nace de un deseo indescifrable que algunos han llamado el “estro”. De hecho, la Real Academia de la Lengua Española define el estro como la Inspiración ardiente del poeta o del artista. Y ante dicha inspiración no cabe otra acción que darle salida. La emoción es aquello que nos mueve. Y uno de los caldos de cultivo de la mayoría de los artistas.


Antinoo. Figura 2. Acuarela sobre papel Lienzo. Final
Macarena Márquez Jurado

Y ¿Qué sucede si ante dicha sensación uno no tiene papel idóneo? Que pinta en otros que cree menos idóneos, o incluso en los tabiques. Así empezó el Arte Rupestre a falta de pasta de papel y de inventos. Para un artista y su estro, no hay obstáculos. Eso forma parte de la creatividad. El ser más creativo no es el que mejor pinta, es el que más soluciones aporta ante una idea o problema. Por eso, ahora en que por fin se sabe lo que es la creatividad, que no significa precisamente que uno esté todo el día pintando flores o componiendo cancioncillas, las personas de gran de creatividad son buscadas por las empresas. Las empresas continuamente tienen que sortear problemas. Por supuesto que para ello hay capacidades, conocimientos y especializaciones, pero uno de los rasgos psicológicos para desentrañar obstáculos, o salvarlos, es el rasgo creativo de las personas.

Y ahora vayamos al momento en que había agotado mis papeles y en que me encontré con varios pliegos de papel lienzo. Antinoo ya estaba en mi cabeza. Acababa de releer Las Memorias de Adriano, de Margarite Yourcenar, de contemplar por no sé cuántas veces el Antonio de La Galería Uffizzi de Firenze (Italia), el indefinible de El Museo del Prado de Madrid (España), y el que yo veía como la perfección del equilibrio y la racionalidad en el rostro: El Antinoo de El Museo Arqueológico de Delfos (Grecia).

Antinoo, el efebo divinizado por Adriano, llevado a las cotas máximas de la Historia del Arte en su plasmación escultórica del ideal, eso es lo que quise plasmar aquí, sin alejarme de la verdad artística, porque uno corre el peligro de estropear siempre, aplicando tan sólo otras técnicas.

Proceso de la acuarela ANTINOO sobre papel lienzo. Acuarela paso a paso:

Lo primero que hice fue elegir un punto de vista bajo. Con ello quería resaltar la potencia del personaje, la belleza terrestre que nos mira desde arriba, porque se sabe superior, y nos encandila. Pero también quise abrir ese gran espacio sobre su cabeza. Aparentemente es un vacío. Pero solo aparentemente. Ondea sobre esa belleza pasmante, que nos detiene y trasciende.

Una vez seleccionado el punto de vista y el perfil que me gustaba, dibujé. Sin apartarme del original, o apartándome sólo en la medida de la precisión que puede tener una mano impulsada por un cerebro de Homo Sapiens. Las esculturas de Antinoo nos sobrepasan.

Antinoo. Figura 3. Acuarela sobre papel Lienzo.  Fase Inicial.
Macarena Márquez Jurado

Después pinté con acuarela reduciendo la paleta al máximo: Siena Tostada, Ocre Amarillo, Azul Ultramar y Negro. El Carmín de Alizarina solo lo utilicé, como siempre, mezclado con Bermellón, para el punto de la firma.

Antinoo. Figura 4. Acuarela sobre papel Lienzo. Proceso
Macarena Márquez Jurado

Al pintar sobre lienzo, por si hacéis la prueba, comprobaréis que el papel, al ser muy plástico, a veces reacciona a su modo, y no siempre mandamos sobre ello. Eso puede ser bueno o no. Depende de las reacciones y a donde nos lleve. Pero hay que dejar actuar al agua.

Así hice.

El resultado fue este que veis. (Figura 2). En algunos sectores me encantó lo que me devolvió el papel, unas calidades de tela transparente, o menos transparentes. En otros sectores se me abría la pincelada, quedaba demasiado mate, y el resultado no era bueno. Para esto hay muchas soluciones: Goma Arábiga, que no tenía, o algún barniz para acuarela, que también se me había acabado. Otra solución era incidir sobre los espacios matificados oscuros que no me gustaban con nueva carga de acuarela, pero, al ser papel lienzo, que absorbe menos que el de acuarela específico, al final podía llegar a una balsa de oscuro de esas que acaban secando en clave blanquecina.

Los medievales utilizaban clara de huevo y azúcar como aglutinante. Opté por el azúcar. Cogí agua limpia y bastante azúcar. Apliqué sobre algunos oscuros y algunos claros. Y se quitó ese efecto de pincelada mal aplicada. (Figura 5)

Antinoo. Figura 5. Acuarela sobre papel Lienzo. Detalle con veladura de agua azucarada en algunos sectores.
Macarena Márquez Jurado

Después inserté a Antinoo entre tres elementos:

El primero, las puntas de diamantes que nos marcan la dirección. Antinoo es un diamante de la Tierra. Es la Belleza.

Antinoo. Figura 6. Acuarela sobre papel Lienzo. Puntas de Diamante. Direccionalidad.
Macarena Márquez Jurado


El segundo, apliqué algo de técnica de collage insertando papel de periódico y pegándolo con pegamento en spray, para apartarlo, por un lado, de la escultura clásica, y como elemento compositivo que lo literaturiza, como así nos ha llegado el personaje. Como alguien que está entre lo real histórico, que fue y existió, y lo literario perteneciente a su recreación. No sabemos la realidad del rostro de Antinoo, pero, desde luego, si posee la octava parte de armonía y de belleza que sus recreaciones artísticas, era un rostro imposible de no ser contemplado. (Figura 6).

El tercero, por detrás y por encima de la cabeza de Antinoo, puse unas pompas de cristal que lo sumen en la ingravidez, desde el carbono de las puntas de diamante y la belleza de la tierra, hasta lo gaseoso del espacio superior, trascendente y misterioso.

No se vende.

Antinoo. Figura 7. Acuarela sobre papel Lienzo. Pompas de cristal. Detalle. Macarena Márquez Jurado

Dejo muestras de cuanto he explicado, para que experimentéis con los materiales y texturas. No siempre lo ortodoxo es lo mejor. Y esta acuarela, aunque he pintado con acuarela, no es una acuarela tradicional al uso. Experimentad. Dejaos sumir en el misterio del Arte. Porque el Arte siempre regala.


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CAJAS DE ACUARELA ESPECIALIZADAS

La Navidad puede resultar un mero trámite, pero me gustan sus colores. Y también cuando Barenboim toca el Piano Trío nº7 in B Flat Major, Op.97.”Archduque: III. Andante Cantabile ma pero con moto. Me río porque todo esto es muy largo. También es Beethoven. Y el mero trámite un mero trámite. Beatriz, el nombre de la musa de Dante, y la preciosa persona que me regaló esta caja de acuarelas.

Es la primera vez que alguien me regala unas acuarelas que ya vienen seleccionadas para pintar determinados temas. En este caso, se trata del Floral Pocket Box de Van Gogh. Es una caja de color rosa, pero de esos rosas sin palabras que uno quisiera comerse en forma de helado italiano.


Flores y Bolas en la paz de Barenboim

Me encantó el regalo, aunque soy bastante escéptica en utilizar otra selección de colores que no sea la que haga el artista que pinta. Aun así, ¿Cómo no querer abrir algo como esto?


<alt="Barenboim Floral Pocket Tríos Beethiven"/>
Floral Pocket Box - Van Gogh - Royal Talens

Dentro venían colores seleccionados por la Royal Talens muy sabiamente. Y digo esto, porque tuve que experimentarlo para convencerme.

Los colores son los siguientes:

  • Amarillo Limón Permanente
  • Amarillo Indio
  • Rojo Permanente Oscuro
  • Rosa Quinacridona
  • Violeta Azulado Permanente
  • Verde Vejiga
  • Tierra de Siena Natural
  • Pardo Van Dyck
  • Negro Marfil
  • Oro Claro
  • Bronce

Escuchaba a Barenboim interpretando el Piano Trío nº 7: “Archduque”. Fui quitando poco a poco los papeles a los godet de acuarela. Como quien quita papel celofán a caramelos, porque las pastillas de acuarela parecen trozos de caramelo cortados en barra.

No me gusta la Navidad. Con todo me sugieren mucho los colores que nos invaden y los tiempos en que puedo seleccionar músicas en la tranquilidad de los cuadernos de acuarela, cerca de las personas a las que quiero y me quieren. Sin grandes estridencias ni grandes atracones. Preferiría menos gente y cada vez más selecta. Pero eso es un imposible tal y como lo tenemos determinado. Y tampoco está mal, es un periodo intenso y corto para suerte de todos, los que vivimos, y los que malviven.

En la paz de Beethoven y su trío, el 7, he pintado esto que sale de la derecha superior del cuaderno como si fuera de una Lámpara de Aladino. Que, después va hacia abajo y vuelve a subir de forma helicoidal.

Floral Pocket Box
Flores y Bolas en la paz de Barenboim

La Navidad no es paz, pero sí este número 7 que me trae Barenboim desde Beethoven. Esta música y estos colores, los dorados, el bronce, el verde vejiga mezclado con el violeta azulado, el rojo permanente oscuro, que no tiene nada que ver con los rojos bermellón como podéis ver. En cuanto al Rosa Quinacridona, no hay palabras para un color tan dúctil. 



Rojo <alt="Barenboim Quinaqridona Violeta oscuro"/>
Rojo Permanente Oscuro y Rosa Quinacridona de Van Gogh


Yo no sé si esos rojos han pintado flores, flores que son bolas navideñas de cristal, o guindas. No lo sé. Lo que sí sé es que se trata de un rojo de acuarela muy especial. Y que los colores metálicos, que antes se encontraban con gran dificultad y que únicamente utilizaba para las firmas, ahora se fabrican aportando una sutilidad prodigiosa a la pincelada, que se hace transparente.

Tampoco sé si para pintar flores me llevaría exclusivamente esta pequeña caja de doce colores. Al campo, o a los jardines, a los patios. Lo que sé es que voy a incorporar a partir de hoy ciertos colores de esta selección a mi paleta. Por ejemplo, el violeta azulado. ¿No es precioso?

Sí, ya sé que lo puedo formar. Violeta es carmín y azul. Eso es lo que enseño y lo que hago. Pero esto, así, directamente desde la caja, es un deleite.


<alt="Violeta Oscuro"/>
Violeta Azulado Permanente - Van Gogh

La navidad es mero trámite, pero me deja selecciones de colores, frases, musgo, ciertas buenas comidas por las que estaré a dieta todo el mes de enero. Y también belenes de diferentes escalas, con unas figuras enormes y otras pequeñísimas, cuya falta de equilibrio tendré que solucionar estableciendo planos. Estos tiempos con fondo de tríos de Beethoven o de Supertramp, de cuadernos, papeles y más música en la paz del estudio, de paseos en busca de la imagen perdida, esto sí que es la normalidad que adoro. La navidad del establishment no tiene razón ni peso para venir a interrumpir la paz de lo cotidiano. Ni en lo bueno ni en lo malo. No hay nada como la normalidad.

A mí que me dejen con las acuarelas y que se vayan a otra parte con el chunda chunda y esta inyección letal de basura creciente que, transformada desde que el hombre es hombre, sigue interrumpiéndome después de los años. Necesito años, no esto de la navidad.

¡Ah! Se me olvidaba. En la caja también viene un pincel con moldura superior afilada para poder sacar luces. Todo es luz Más navideño imposible.


Pincel Van Gogh
Pincel Royal Talens - Van Gogh - Floral Pocket Box

Feliz, mejor, normal año


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Ceras Acuarelables


© Macarena Márquez Jurado

 

Las ceras acuarelables son colores a la cera que se pueden utilizar en seco o en húmedo. Podemos querer acuarelar toda nuestra obra, o sólo algunas partes, dejando los trazados de color en seco, tal y como se aplican. También tiene otra cualidad, y es que, o bien podemos trabajar con transparencias, o con el color sólido. Dependiendo de nuestros gustos o de lo que queramos pintar. El que sea más o menos transparente también dependerá de dos factores, la cantidad de color que apliquemos al pintar, y la rotundidad o fuerza de nuestro trazo.

Creo que pintar con este tipo de ceras es tan fácil como difícil. A veces, cuando queremos conseguir planos de color block muy elementales, resulta más fácil que con la acuarela en pastilla o en tubo. Sin embargo, a la hora de conseguir matices se requiere cierta técnica.

<alt="Cómo utilizar los wax crayons"/>
La casa verde - Ceras Acuarelables - Macarena Márquez


A mí me gusta utilizar este tipo de lápices o barras de ceras solubles al agua, wax crayons en inglés, sobre papel negro de 300 gramos. El color sobrepigmentado de la cera vibra sobre el papel oscuro. En este caso, he utilizado papel verdoso de gramaje 300. El color es lo de menos, depende de los gustos, pero gran parte del éxito está en las marcas y en la calidad del producto.

Mi opinión sobre esta técnica es muy concreta. Recomiendo este tipo de cera, por supuesto para niños, también para personas que están empezando y que aún no tienen demasiado juicio de evaluación sobre su propia obra. Tampoco tienen complejos, y cuando se pinta de esta forma, libremente y sin temor a equivocarse, se puede llegar a resultados excelentes. Incluso a verdaderas obras de arte, a las que el artista experto llega por evolución después de pasar por todas las destrezas y estilos.

Y también las recomiendo para artistas con mucho dominio de todas las técnicas, en este caso de técnicas al agua. Porque es una forma excelente de soltarse y dejar atrás lo aprendido para desarrollar y, a veces, encontrar un lugar diferente, pintando con un estilo diferente.

A quien no recomiendo este tipo de ceras acuarelables, aunque tampoco esto que expreso es algo rotundo, y nunca se sabe, es a las personas con un nivel medio de aprendizaje en el arte de pintar. Ese nivel medio es el que requiere disciplina, y los crayons solubles al agua, si no se abandonan los miedos, pueden resultar frustrantes. Combinan el tramado de la pintura con lápiz o pastel más clásica, con la aventura del agua, que la denomino así porque es una verdadera aventura. Lo que quiero expresar es que, después de dibujar y tramar una composición, con sus luces, sombras y matices, al añadir agua con nuestro pincel sobre la pintura en seco, nos arriesgamos a perder el trabajo previo.

Por supuesto que esto es algo con lo que el artista juega desde que se enfrenta a un papel blanco, o negro, sin embargo, en el caso de los crayons es un viaje hacia el “no sé qué va a pasar”, una aventura intrépida en la que tenemos que estar continuamente arriesgándonos a perder. Está claro, el que no se arriesga no gana nada, y en esto, como en todo, hay verdaderos virtuosos de la técnica, artistas con mayúsculas que siempre ganan.

Es maravilloso que nos regalen una caja de crayons solubles al agua, si es de una marca de las reconocidas en el mercado, mucho mejor. A mí, solo el olor, ya me inclina a coger mis ceras y a pintar. Pero, si no nos las regalan y tenemos que comprarlas, empezaría por una caja de pocos colores y de una de las marcas que hay en el mercado para ensayar. Es importante probar el pigmento, que sea de calidad, y también es importante su concentración, ya que de esto depende la brillantez de los colores, su vibración. Y, por supuesto, los resultados. Hay algunos crayons que, en la caja parece que tienen colores atractivos y sólidos, pero al aplicar, simplemente al rayar, ya podemos darnos cuenta de que el pigmento no se corresponde con lo que parece, apenas pintan por decirlo de una forma lo más clara posible, no digamos ya cuando aplicamos agua, porque entonces el pigmento desaparece del todo. Sobre todo, si lo que queremos es hacer un trabajo de diseño, necesitaremos que sean cubrientes para obtener colores block. 

Hay marcas excelentes que venden este tipo de ceras solubles por separado, lo que es conveniente, primero porque con los tres colores básicos: rojo, amarillo y azul, blanco y negro, podemos hacer pruebas. Y después, si los resultados son buenos, podemos adquirir cajas de 24, de 40 o los colores que queramos. La variedad es enorme. Como digo, yo valoraría mucho, lo que más, que, al aplicar agua sobre nuestra trama de cera en seco, no queden marcas o restos; que sean realmente solubles, y que se disuelvan con facilidad, sin tener que aplicar añadidos de agua, al menos no más agua de la que queremos.

Material empleado:

Papel de gramaje 300 gr. Algodón 100%. Tamaño: Pliego.

Crayons: Ceras acuarelables. Caja de 40 unidades

Pinceles:

  • Redondos del 6 y 18
  • Plano del 12

Barniz plastifijador:

Lápiz: Carboncillo

 Recomiendo varias cosas, al margen de mi inclinación por el papel negro para esta técnica. También se pueden utilizar cuadernos de papel blanco para técnicas mixtas, existentes en el mercado, y que son de gran calidad. Siempre recomendaré gramaje alto para trabajar con ceras solubles al aguaEn ocasiones, podemos necesitar hacer raspados, y un papel con apenas gramaje no lo admitiría. En esta composición, he hecho algunas rayas raspando con un cutter.

También es bueno contar con un portaceras. Son como los portalápices, pero de diámetro mayor. Son necesarios porque los crayones vienen envueltos en un papel protector que tenemos que quitar en la medida en que vamos utilizándolos, y porque, al no pintar con ellos de forma oblicua al papel, sino más bien tumbándolos, necesitaremos un mango más largo que el que ofrece un tramo de cera o la cera entera, que no mide mucho más de 8 cms. Hay una gran diferencia entre pintar sin portaceras, o con este artilugio. Siempre en la medida de las necesidades.

Lo siguiente que recomiendo es un cutter, no sólo para raspados como ya he apuntado, sino para sacar punta, ya que, aunque después añadamos agua, podemos necesitar hacer líneas finas, e incluso dejar esas líneas sin acuarelar.

Del mismo modo aconsejo hacer pruebas de rayado en un papel antes de empezar, ya que, dependiendo de las marcas, algunas veces, al añadir el agua, permanecen las líneas que hemos trazado, y sus marcas no siempre quedan bien.

Hay paletas específicas para este tipo de ceras solubles al agua, y también se puede hacer pruebas en una tabla blanca de cocina de las que existen en el mercado, que tienen serigrafiadas pequeñas urdimbres que vienen bien a la hora de probar los colores y texturas.

Por último, he de decir que, una vez terminada la obra, suelo utilizar barniz plastifijador. Para proteger de la luz, pero también porque los oscuros tienden a matificarse, y este tipo de barniz aporta brillantez a la composición.

Espero que este artículo haya sido útil. 

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Macarena Márquez Jurado Wikipedia

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Libros de la autora: 

La Cuestión 106 - Novela

Con Dos Rombos - Novela

Treinta y siete minutos en el atasco - Novela

Bárbara de Braganza - Biografía Histórica

El Fantasma de Cervantes


 

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