El cuaderno de viaje es una especie de diario de a bordo
artesano en el que el capitán es el artista. Une literatura e imagen, y, aunque
para crearlo y recrearlo se pueden utilizar muchas técnicas, los acuarelables
son los idóneos.
Llevar una pequeña caja de
acuarelas en un bolsillo, algunos pinceles, bolígrafos de tinta, algún tubo de
gouache y el cuaderno en sí, es algo que no ocupa lugar. En cuanto al agua,
todo acuarelista que viaje sabe que es posible tener siempre agua limpia a
mano, aunque no se disponga de grifo. El secreto está en llevar dos pequeños
botes que cierren bien. Uno siempre será para limpiar pinceles, y otro para
aplicar agua limpia. La limpieza, en la técnica de acuarela es imprescindible.
¿No llevamos siempre la botella de agua encima? Pues para desarrollar un
cuaderno de viaje, llevaremos dos pequeños botecitos, que pesan menos.
A partir de aquí, todo es empezar.
Cuadernos de Viaje. Macarena Márquez. www.macuarela.com |
Material empleado:
Cuaderno de Viaje. Hay
muchos, de muchos gramajes y calidades. En este caso he utilizado uno que recomiendo para empezar. Más abajo explico la razón de elegirlo si aun no eres un acuarelista experto.
Gouache:
Blanco
– White
Rojo
Bermellón - Vermilion
Tinta China:
Negro –
Schwarz
Acuarela en pastilla:
Winsor & Newton - Caja de acuarela Sketcher Cotman – 12 medio godets - Paleta básica caja de 12 colores
Pinceles:
pinceles redondos del 12, 10, 6, 2, 1
pinceles de agua Preparé azul cerúleo
Roller Pen de Tinta Líquida
resistentes al agua:
De
punta redonda y plana. Números: 0.2, 0.5 y 0.7
Yo recomiendo empezar con un
cuaderno de espiral, los hay preciosos y de una calidad inestimable. Los
precios, como en todo, también los hay variados, pero no hay que asustarse, el
tipo medio es muy asequible. Recomiendo empezar con este tipo de cuaderno de
tapa dura por varios factores, porque cada hoja tendrá un desarrollo y no nos
descentraremos, pero también porque, si no nos gusta lo que está sucediendo en
nuestro papel, lo que es normal, sobre todo cuando se está empezando, podemos
arrancar la hoja sin temor a estropear el cuaderno.
Después de dos o tres
cuadernos, ya podremos elegir cualquier tipo entre toda la oferta del mercado.
Los expertos en cuaderno de viaje prefieren los que no tienen espiral, lo que
también tiene un sentido concreto. Este tipo de cuaderno, al abrir, ya sea
encolado o incluso grapado al centro, no tiene salto entre una hoja y otra.
Imaginemos un periódico abierto, ese será nuestro cuaderno, y podremos pintar
en el centro de las dos páginas siempre que nos convenga para los textos
narrativos, o por la propia importancia que queramos dar a la imagen.
Se trata de dar contenido a
nuestras visitas, plasmar aquello que nos ha llamado la atención, o dejar
inmortalizado un punto de luz y temperatura que nos hizo feliz, o incluso menos
feliz, pero fue importante. No todo lo bello es alegre.
La fotografía tiene su lugar.
Incluso nos valdremos de ella cuando lleguemos a nuestro hotel o apartamento.
Sería muy bonito pintar in situ, pero no siempre es posible. Por tanto, la
fotografía será nuestra herramienta, en donde nos apoyaremos para transferir
algo más. Cuando llegamos de un viaje a menudo nos encontramos con miles de
fotografías repetidas, malas, buenas y buenísimas. También malísimas. La
mayoría de las veces, no hablo de fotógrafos profesionales o aficionados con
técnica y arte, no nos acordamos de seleccionar lo bueno y acabamos acumulando
material digital que dejaremos en herencia a nuestros descendientes, y que
estos, seguramente, no verán. No lo hacemos ni siquiera nosotros, que hicimos
las fotos.
En cambio, un cuaderno de
viaje es una semblanza propia. En ella mostraremos, no el viaje de la guía de
turno, sino nuestro viaje, nuestras simpatías y antipatías, lo que nos hace
felices o nos crea conciencia de belleza, de estabilidad y equilibrio. Y
dibujaremos y pintaremos montañas, catedrales, mares, trenes, arte, música, Y
también a quienes amamos y nunca olvidaremos. Y, además, lo dejaremos ahí para
siempre. Casi seguro que no irá a la papelera, desde luego no irá a la papelera
de nuestro ordenador porque se trata de un cuaderno, y de un cuaderno joya que,
bien realizado, o más de principiante, se rifarán nuestros hijos o amigos
cuando ya no estemos.
Podría hablaros de la historia
de estos cuadernos, pero este post es solo de iniciación. Habrá más. En la
muestra tan sólo he escrito a pincel. Un placer que hemos olvidado. Digitar es
rápido, y si no que me lo digan a mí, que también escribo. Con todo, coger un
pincel, cargarlo de pintura y deleitarnos en ello es entrar en el mundo de la
conciencia plena del arte.
No olvidemos lo esencial:
Lo importante de estos
cuadernos es pintar lo que la fotografía no ve.
Ve mirando en cuál de ellos vas a empezar a plasmar esto último que acabo de decir.
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Macarena Márquez Jurado Wikipedia
Libros de la autora:
Treinta y siete minutos en el atasco - Novela
Bárbara de Braganza - Biografía Histórica