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EL NARANJA DE CADMIO

NARANJA DE CADMIO

© Macarena Márquez Jurado – www.macuarela.com

Índice Internacional de los Colores.

Nombre y número IC:  PO20

Descripción Química: Selenosulfuro de Cadmio


En este artículo se explica todo sobre el color Naranja de Cadmio: Su evolución a lo largo de la Historia del Arte. Su uso en Acuarela con ejemplos prácticos. 


A soles naranjas, cielos azules. Y si no, que se lo digan a Monet. Macarena Márquez.

Según la Real Academia de la Lengua, el adjetivo naranja se dice de un color semejante al de la naranja madura, y que ocupa el segundo lugar en el espectro luminoso. Según la longitud de onda, ese segundo lugar va después del rojo y antes del amarillo. Fue Sir Isaac Newton en su tratado: Óptica o tratado de las reflexiones, refracciones, inflexiones y colores de la luz, quien dividió el espectro en colores, siete exactamente. Pero hablemos de su historia. 

 

<alt="Color Naranja"/>


    Naranja de Cadmio. Macarena Márquez Jurado. La línea 1, 2 y 3 son acuarelas de tubo y pastilla. Las líneas 4 y 5 son naranjas de acuarela líquida. 


En los orígenes había un mineral que se llamaba rejalgar. Se trataba de un sulfuro de arsénico de color anaranjado, un mineral tóxico hasta el punto de que hoy en día se utiliza para pesticidas. Históricamente es el que utilizaban los egipcios para el arte funerario. Con él decoraban tumbas y sarcófagos. También lo utilizaban para pintar palacios, casas y parte de la estatuaría. Además, este mineral está en el origen de pigmentación de determinados cosméticos como el colorete egipcio. También en el maquillaje, que era usado tanto por mujeres como por hombres. Los hombres se acicalaban con tonos más rojizos, y las mujeres con otros tonos que tendían más al ocre. El polvo de rejalgar es amarillo anaranjado y mezclado con grasas era utilizado como afeite. No sólo como colorete, también como maquillaje. Con él cubrían imperfecciones dando tono a la piel. 

El rejalgar fue utilizado junto a otro mineral del que ya hablamos en el artículo dedicado al amarillo de cadmio: el oropimente. También es un amarillo anaranjado, o más bien dorado. De él nos habla en el siglo XV Cennino Cennini en su Libro del Arte: Y por su color es el más lindo amarillo parecido al oro que cualquier oro. Y añade sobre su toxicidad: Guárdate de ensuciarte con él la boca, así no recibirá daño tu persona. 

El oropimente, al ser expuesto al fuego, alcanzaba cotas de naranja muy vivo. Fue mineral muy cotizado durante el Imperio Romano. En la Edad Media se utilizó para los códices miniados, que eran manuscritos ilustrados elaborados por monjes virtuosos de la técnica, muy versados artísticamente. Los copistas se encargaban del texto, y los ilustradores de las letras capitales e ilustraciones. Son famosos los del conocido Beato de El Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria, España). El Beato hizo el Comentario al Apocalipsis de San Juan, iluminando con ilustraciones imaginarias y fantásticas el llamado ciclo de Beatos, obra cumbre de la iconografía de la Edad Media que tuvo un éxito sin precedentes en los siglos posteriores y del que no se conserva el original, pero sí múltiples copias de las que han sobrevivido treinta y cinco, realizadas entre los siglos IX al XIII. La presente ilustración pertenece al Códice Vitr/14/2 perteneciente al rey Fernando I y doña Sancha. Los colores son cálidos, y predomina el naranja y tonos rojizos, siguiendo los consejos de San Isidoro de Sevilla.


 



Beato de Liébana. Códice de Fernando I y Dña. Sancha. Biblioteca Digital Mundial.


Estos tonos de los que voy hablando a lo largo del artículo, desde Egipto hasta la Edad Media, se llamaban amarillos ocre, o amarillos rojizos, pero no naranja. Como mucho se hablaba, citando nueva y literalmente a Cennini en el siglo XV, de “cierto amarillo que se llama azafrán”. Sobre él dice: “Es amarillo cierto color que se obtiene de una especia que se llama azafrán. Conviene que lo pongas en un trozo de tela, sobre una piedra o ladrillo caliente. Luego toma media copa, o vaso, de lejía bien fuerte. Métele dicho azafrán y muélelo sobre la piedra” Este color es un amarillo anaranjado, que podemos ver actualmente. Se sigue utilizando como especia para múltiples platos. Fue en el siglo posterior cuando al color se le puso el nombre de la fruta del naranjo. No antes.

 

En 1809, por primera vez se fabricó el primer naranja sintético: el cromo anaranjado. El químico francés Vauguelin lo produjo a partir de unas muestras del mineral llamado crocoíta, de color naranja rojizo. Este amarillo de cromo es menos anaranjado que el naranja actual. Lo podemos ver en la famosa obra Los Girasoles de Van Gogh.


<alt="Color Naranja en Van Gogh"/>


Jarrón con catorce girasoles. Vincent Van Gogh. Oleo sobre lienzo. 1889. Museo de Arte Sompo. Japan. Tokio. Vincent Van Gogh, Public domain, via Wikimedia Commons

Van Gogh utilizaba este amarillo anaranjado porque era más económico que el de cadmio. Todos conocemos, por la correspondencia que mantuvo con su querido hermano: Cartas a Theo, Vicent Van Gogh, que era capaz de cambiar colores con tal de continuar con la fiebre pictórica y su arte. En algunas cartas hace pedidos a Theo que incluyen hasta tres tipos de cromo: amarillo, anaranjado y limón.  Con el inconveniente de que este tipo de amarillo no poseía gran resistencia a la exposición a la luz. Por eso, cada vez más, en las salas en donde se encuentra la obra de Van Gogh, la iluminación es leve. No era sólo su problema. La fabricación de colores en tubos estaba en sus comienzos, era algo casi artesanal. La estabilidad y permanencia de los colores se encontraba en sus orígenes. A eso se unía que, en el caso de Van Gogh, utilizaba los anaranjados de cromo de forma exhaustiva. En cualquier caso, el color original de Los Girasoles no es tan naranja como hoy parece. Los rayos ultravioletas han hecho estragos. Y, aunque sus pinturas siguen estando repletas de belleza, no todos los colores que hoy vemos son exactamente los que él plasmó.

 

Vincent fue un virtuoso del color naranja. Supo utilizarlo en sí mismo y también yuxtaponiéndolo a su color complementario: el azul. La complementariedad de los colores es algo que podemos estudiar y aprender en múltiples libros, también abundan excelentes artículos en la red global, por lo que no me alargaré. Tan sólo me gustaría incidir en algún punto sobre ello, que espero que sirva para una mejor comprensión de lo que significa en la práctica.

 

Los tres colores primarios son: Azul, Rojo y Amarillo.

 

Los tres complementarios de estos colores son: Naranja, Verde y Violeta

 

¿Por qué?

 

Pongo como ejemplo el color Naranja, que es el color de referencia de este artículo. El color Naranja es un color secundario que está formado por Rojo y Amarillo. Para no aprender las cosas de memoria, siempre tendremos que preguntarnos lo siguiente: ¿Cuál de los tres colores primarios falta en su composición?

 

En este caso la respuesta es el azul.

 

Por eso el naranja siempre busca al azul, y el azul al naranja.





<alt="Complementario del Naranja"/>


El Naranja es complementario del Azul. 

Esto lo sabía muy bien Van Gogh, que pinta objetos, paisajes, flores, figuras y frutas anaranjadas, yuxtaponiendo azules. De ese modo a nosotros, espectadores, un cuadro de colores azules y naranjas, aparentemente sin ninguna intención más que la artística por parte del gran genio de la Historia del Arte, lo percibiremos como un todo perfecto y global. Azules complementan al naranja, porque le faltan en su composición. Y por eso el naranja busca al azul y es su complementario.

 

Pero no sólo lo sabían los pintores impresionistas y postimpresionistas. También es un recurso muy utilizado en publicidad, para atraer al ojo. Buen ejemplo de utilizar este binomio de colores complementarios: Naranja-Azul, es el maravilloso anuncio del perfume: Terre de Hermes. También lo utiliza Alain Afflelou en su campaña veraniega de gafas Tchin Tchin. La lista es larga, por lo que os sugiero observar las campañas de publicidad desde la perspectiva de los colores. Algunos anuncios son verdaderas obras de arte. En el caso de la campaña de Afflelou, se han complementado los naranjas con azules cerúleos. Quizá por eso del verano. El naranja es la vitalidad, el calor, es la suma del color del fuego y del sol. En cuanto al azul representa la serenidad, la templanza, un refrigerio. También por eso son colores que se buscan y se quieren. 

Volviendo a la perspectiva del color en sí, sin su complementario, Kandinsky dirá del naranja en su libro: De lo espiritual en el Arte, aparecido en 1911 y que es referencia para todos los estudiosos del mundo del color:  El naranja tiene una sensación grave, radiante, que emite salud y vida. Su sonido es similar al de una campana llamando al Ángelus, un barítono o una viola.

 

En cuanto al uso del naranja en acuarela, diré varias cosas.

 

Para oscurecerlo, utilizaremos su complementario. En este caso, no es como el amarillo, tan difícil de oscurecer sin estropearlo. Para apagar el naranja utilizaremos azul y seguirá siendo un color limpio. No dejará de ser naranja. También se puede utilizar el Siena Tostada. En este caso oscureceremos dando viveza.

<alt="oscurecer el Color Naranja"/>


Oscurecimiento del Naranja con Azul o Siena Tostada






Si queremos un color urbano para edificios, calles, muros, tapias y cielos muy personales, utilizaremos naranja transparente y lavanda. Es un gris muy especial, cálido, y uno más entre los grises. A la mezcla podemos añadir un poco de blanco. El tono grisáceo es parecido a esos previos a las luces de tormenta cuando se está haciendo de noche, dependiendo -claro-, de la transparencia que queramos darle, mayor o menor.



<alt="Lavanda"/>


Formación de Grises: Naranja y Lavanda 1

 

<alt="Color Naranja y Lavanda"/>


Formación de grises: Naranja y Lavanda 2


Si lo que queremos son verdes especiales, os dejo una muestra de verde a partir de mezclar naranja con verde esmeralda.


<alt="Verde y Naranja"/>


Formación de verdes: Naranja y Verde Esmeralda

Si pintamos naranjas, las frutas, os recomiendo hacer como hacían los impresionistas, pintar las sombras proyectadas en azul, que es su complementario. No fallaréis.

 

En cuanto a soles naranjas, cielos azules. Y si no, que se lo digan a Monet.

<alt="Color Naranja en Monet"/>


Impresión, Sol Naciente. Jean Claude Monet. 1872. Musée Marmottan, París. 
Claude Monet, Public domain, via Wikimedia Commons



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CAJAS DE ACUARELA ESPECIALIZADAS

La Navidad puede resultar un mero trámite, pero me gustan sus colores. Y también cuando Barenboim toca el Piano Trío nº7 in B Flat Major, Op.97.”Archduque: III. Andante Cantabile ma pero con moto. Me río porque todo esto es muy largo. También es Beethoven. Y el mero trámite un mero trámite. Beatriz, el nombre de la musa de Dante, y la preciosa persona que me regaló esta caja de acuarelas.

Es la primera vez que alguien me regala unas acuarelas que ya vienen seleccionadas para pintar determinados temas. En este caso, se trata del Floral Pocket Box de Van Gogh. Es una caja de color rosa, pero de esos rosas sin palabras que uno quisiera comerse en forma de helado italiano.


Flores y Bolas en la paz de Barenboim

Me encantó el regalo, aunque soy bastante escéptica en utilizar otra selección de colores que no sea la que haga el artista que pinta. Aun así, ¿Cómo no querer abrir algo como esto?


<alt="Barenboim Floral Pocket Tríos Beethiven"/>
Floral Pocket Box - Van Gogh - Royal Talens

Dentro venían colores seleccionados por la Royal Talens muy sabiamente. Y digo esto, porque tuve que experimentarlo para convencerme.

Los colores son los siguientes:

  • Amarillo Limón Permanente
  • Amarillo Indio
  • Rojo Permanente Oscuro
  • Rosa Quinacridona
  • Violeta Azulado Permanente
  • Verde Vejiga
  • Tierra de Siena Natural
  • Pardo Van Dyck
  • Negro Marfil
  • Oro Claro
  • Bronce

Escuchaba a Barenboim interpretando el Piano Trío nº 7: “Archduque”. Fui quitando poco a poco los papeles a los godet de acuarela. Como quien quita papel celofán a caramelos, porque las pastillas de acuarela parecen trozos de caramelo cortados en barra.

No me gusta la Navidad. Con todo me sugieren mucho los colores que nos invaden y los tiempos en que puedo seleccionar músicas en la tranquilidad de los cuadernos de acuarela, cerca de las personas a las que quiero y me quieren. Sin grandes estridencias ni grandes atracones. Preferiría menos gente y cada vez más selecta. Pero eso es un imposible tal y como lo tenemos determinado. Y tampoco está mal, es un periodo intenso y corto para suerte de todos, los que vivimos, y los que malviven.

En la paz de Beethoven y su trío, el 7, he pintado esto que sale de la derecha superior del cuaderno como si fuera de una Lámpara de Aladino. Que, después va hacia abajo y vuelve a subir de forma helicoidal.

Floral Pocket Box
Flores y Bolas en la paz de Barenboim

La Navidad no es paz, pero sí este número 7 que me trae Barenboim desde Beethoven. Esta música y estos colores, los dorados, el bronce, el verde vejiga mezclado con el violeta azulado, el rojo permanente oscuro, que no tiene nada que ver con los rojos bermellón como podéis ver. En cuanto al Rosa Quinacridona, no hay palabras para un color tan dúctil. 



Rojo <alt="Barenboim Quinaqridona Violeta oscuro"/>
Rojo Permanente Oscuro y Rosa Quinacridona de Van Gogh


Yo no sé si esos rojos han pintado flores, flores que son bolas navideñas de cristal, o guindas. No lo sé. Lo que sí sé es que se trata de un rojo de acuarela muy especial. Y que los colores metálicos, que antes se encontraban con gran dificultad y que únicamente utilizaba para las firmas, ahora se fabrican aportando una sutilidad prodigiosa a la pincelada, que se hace transparente.

Tampoco sé si para pintar flores me llevaría exclusivamente esta pequeña caja de doce colores. Al campo, o a los jardines, a los patios. Lo que sé es que voy a incorporar a partir de hoy ciertos colores de esta selección a mi paleta. Por ejemplo, el violeta azulado. ¿No es precioso?

Sí, ya sé que lo puedo formar. Violeta es carmín y azul. Eso es lo que enseño y lo que hago. Pero esto, así, directamente desde la caja, es un deleite.


<alt="Violeta Oscuro"/>
Violeta Azulado Permanente - Van Gogh

La navidad es mero trámite, pero me deja selecciones de colores, frases, musgo, ciertas buenas comidas por las que estaré a dieta todo el mes de enero. Y también belenes de diferentes escalas, con unas figuras enormes y otras pequeñísimas, cuya falta de equilibrio tendré que solucionar estableciendo planos. Estos tiempos con fondo de tríos de Beethoven o de Supertramp, de cuadernos, papeles y más música en la paz del estudio, de paseos en busca de la imagen perdida, esto sí que es la normalidad que adoro. La navidad del establishment no tiene razón ni peso para venir a interrumpir la paz de lo cotidiano. Ni en lo bueno ni en lo malo. No hay nada como la normalidad.

A mí que me dejen con las acuarelas y que se vayan a otra parte con el chunda chunda y esta inyección letal de basura creciente que, transformada desde que el hombre es hombre, sigue interrumpiéndome después de los años. Necesito años, no esto de la navidad.

¡Ah! Se me olvidaba. En la caja también viene un pincel con moldura superior afilada para poder sacar luces. Todo es luz Más navideño imposible.


Pincel Van Gogh
Pincel Royal Talens - Van Gogh - Floral Pocket Box

Feliz, mejor, normal año


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EL AZUL CERÚLEO

Índice Internacional de los Colores.

Nombre y número IC:  PB35

Descripción Química: Óxido Tinte de Cobalto


© Macarena Márquez Jurado


Azul cerúleo, de una forma reduccionista y descriptiva, es un azul celeste, brillante y opaco, que vibra hacia tonalidades algo verdosas. En su versión oscura es un azul muy profundo, pero en la clara, que es la más conocida, es el azul de un cielo de verano. O, más bien, es el azul del cielo en verano dependiendo en qué latitudes nos encontremos y con qué grado de humedad atmosférica. Describir los colores no es tarea fácil. En la actualidad se pueden encontrar otros colores muy parecidos al cerúleo, si se quiere ganar en transparencia. Éste puede resultar opaco en las ocasiones en que necesitamos limpieza. Estoy hablando del Azul de Manganeso, que es muy similar al cerúleo, pero menos opaco. El cerúleo, a mí me gusta mucho para cielos y aguas, también para composiciones en gama de grises, por ejemplo, cuando pinto temas urbanos. El resultado de mezclar bermellón y azul cerúleo, es ciudad.


Cerúleo es un matiz del azul, el color de aguas y cielos. Mezclado con bermellón, el azul cerúleo es ciudad, arte urbano.

 Macarena Márquez

El adjetivo cerúleo viene del latín: caeruleus, y a su vez de caelum, cielo. La Real Academia de la Lengua Española, lo define como un color semejante al del cielo despejado o el de la alta mar.


Color Azul Cerúleo
AZUL CERÚLEO - Pruebas

 
1, 2 y 3: Acuarela en pastilla Winsor&Newton Professional


4: Acuarela líquida Vallejo


5: Ceras Acuarelables - Neocolor II Caran D'ache - 7500.171


Letras y números: Acuarelas Ratel caja de 12 metálicas


Pruebas realizadas sobre papel de Acuarela Montval. Grano 300 gr.

El color es un derivado del cobalto que se conoce desde 1805 y que se obtuvo al calentar cobalto con dióxido de estaño. Pero no se comercializó hasta 1870. Lo hizo la empresa Rowney & Co. Esta empresa había nacido un siglo antes. Se trataba de una droguería creada por Thomas y Richard Rowney en Londres. En la tienda se vendían polvos y otras pócimas para las pelucas. Al decaer la moda, transformaron el negocio y lo centraron en la producción de colores para Bellas Artes. En las últimas décadas del siglo XVIII Rowney & Co ya abastecía a artistas famosos como Turner. Se especializaron en el arte de la litografía, y en la producción de acuarelas y óleos. Nombro el arte de la litografía porque los artistas que desarrollaban esta técnica avanzaban en la técnica de las transparencias, y las capas. Y la transparencia es la base de la acuarela, que es de lo que trata este blog. Pero la Historia del Arte es un todo en que el que teoría, arte, artistas, técnicas y materiales navegan juntos a lo largo del tiempo. Ya en el siglo XX tenían varias fábricas en Londres, desde donde se expansionaron. 

Para comprender la importancia de esta casa, hay que recordar que fueron los primeros fabricantes europeos de colores acrílicos para artistas, hoy indispensables en nuestras paletas y que, a mediados del siglo XX, en los años sesenta, pusieron las bases matéricas del Pop Art.

De este color Azul Cerúleo, o Celina, dice el Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano en su tomo segundo que se preparaba en Inglaterra desde hacía algunos años. Para que nos hagamos una idea, la magna enciclopedia de la Editorial Montaner y Simon es de 1887. En ese año ya le da a este azul una entrada. Y también se le asigna la propiedad de no parecer violeta cuando se expone a la luz artificial, hecho que sucedía con los azules.

En Inglaterra este color era denominado Azul Cerúleo, y en Francia Azul Celeste, y es parecido al tipo de azul denominado durante el Imperio Romano: Azul egipcio. Desde que nació tuvo éxito. Muchos pintores como Monet se hicieron adictos al nuevo matiz. No hay más que observar: La Gare Saint-Lazare de 1877 para comprobar que Monet introduce el cobalto y el cerúleo. Hasta llegar a los impresionistas, la paleta de colores utilizada por los artistas era muy corta. 


La Gare Saint-Lazare. Claude Monet.1877. Museo d`Orsay, París.

Pero también lo utilizan algunos de los pintores del movimiento Nabi, nacido en París a fines de este mismo siglo XIX. Liderados por Serusier, podemos encontrar este color en su obra y en la de los pintores del movimiento pictórico, tales como Vuillard, Maurice Denis y, sobre todo, Pierre Bonnard. No es extraño. El grupo estaba especialmente involucrado en el desarrollo y aplicación del color como base de toda la obra artística.

En esta obra de Pierre Bonnard, que se encuentra en el MuMa Le Havre, en concreto, se aprecia, además del azul cobalto, el cerúleo, más verdoso. El tono es el Azul. Cuando lo calificamos como cobalto, cerúleo, Prusia o ultramar, solo hacemos alusión a matices. El cerúleo es más verdoso que el cobalto, pero es azul, y un matiz.  

Azul Céruleo

Pierre Bonnard - Interior at the Balcony - 1919 - Oil on canvas. 52x77 cm.

© MuMa Le Havre / David Fogel


Bonnard utilizaba una paleta de muy pocos colores, entre ellos: el violeta de cobalto, el bermellón, el amarillo de cadmio limón, el ocre amarillo, azul cobalto y, más que este último, el azul cerúleo. El cerúleo lo solía mezclar con el violeta de cobalto para dar frialdad, y, por consiguiente, alejamiento.

He seleccionado a Bonnard porque era un experto litógrafo, y la litografía y la acuarela están relacionadas. La cromolitografía trabajaba con menos de diez colores superpuestos, y tenía en cuenta la transparencia.  En sus orígenes se utilizaban varias piedras litográficas, dependiendo del número de colores. Normalmente se hacía un impresión en negro, y después se iban superponiendo los colores. Era costoso en lo que a laboriosidad se refiere, pero, gracias a la técnica, artistas como Toulousse Lautrec, o posteriormente Picasso, pudieron imprimir muchas copias de algunos de sus diseños o creatividades. No hay que olvidar los carteles de Moulin Rouge de Toulousse Lautrec. Era algo normal desde que la técnica se inventó y desarrolló. Y estaba en la base del cambio en la forma de empastar de algunos pintores del siglo XX. De hecho, Bonnard y los pintores nabis ya trabajaban el óleo como se trabaja la acuarela, con transparencias, aprovechando el blanco del lienzo, y no empastando todo. Sólo hay que ver alguno de sus cuadros, como El Talismán. 

También estaba el azul cerúleo en la paleta de Paul Signac, el famoso neoimpresionista y divisionista francés. En cuanto a Picasso, heredero, sintetizador de todos estos movimientos, y creador del arte más revolucionario del siglo XX, tenía el cerúleo en sus listas de pedidos. En realidad, el azul cerúleo, si no hubiera estado inventado con anterioridad a estos pintores, y sus estancias en la Costa Azul, que por algo se llama Azul, lo hubieran tenido que inventar en ese momento.

Ya en el siglo XX, en la cinematografía, el Azul Cerúleo saltó a la fama por una escena inmortalizada por Meryl Streep en la película El Demonio viste de Prada. En dicha escena, de la cual se ha hablado hasta la saciedad, Miranda Priestley, la editora jefe de la revista Runway reprende a su asistente, que, vestida con un jersey azul cerúleo, desconoce el color que lleva encima a pesar de sentirse muy versada e intelectual.

-Pero lo que no sabes es que ese jersey no es azul, no es turquesa ni es marino, en realidad es cerúleo -dice.

El conocimiento del mundo del color nos abre la panorámica a la hora de ver, y, por tanto, de vivir. De los colores se puede hablar. Muchas veces he dicho en los ratos de clases que es un gran ejercicio pintar como si uno fuera ciego. Se colocan las pastillas en un orden y se cierran los ojos, al saber el orden, dónde está cada tono y matiz, la mano va sola. Pensaremos nuestros colores. Están en nuestro cerebro. Y también, a veces, es bueno cerrar los ojos e imaginar los colores, solo imaginarlos, describirlos después. Si tenemos los registros en nuestro cerebro, los veremos aun con los ojos cerrados. No le damos a la vista la importancia que tiene. Con toda la información existente, tendríamos que saber denominar los matices, al menos las personas dedicadas al mundo del cine, de la moda, la decoración o el diseño. A excepción de las personas que desgraciadamente no pueden ver, que pueden tener educado su cerebro en este sentido -y a veces lo tienen más educado que los que ven-, es una maravilla entrar en el mundo del matiz, que hoy dedico al Cerúleo.


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Ceras Acuarelables


© Macarena Márquez Jurado

 

Las ceras acuarelables son colores a la cera que se pueden utilizar en seco o en húmedo. Podemos querer acuarelar toda nuestra obra, o sólo algunas partes, dejando los trazados de color en seco, tal y como se aplican. También tiene otra cualidad, y es que, o bien podemos trabajar con transparencias, o con el color sólido. Dependiendo de nuestros gustos o de lo que queramos pintar. El que sea más o menos transparente también dependerá de dos factores, la cantidad de color que apliquemos al pintar, y la rotundidad o fuerza de nuestro trazo.

Creo que pintar con este tipo de ceras es tan fácil como difícil. A veces, cuando queremos conseguir planos de color block muy elementales, resulta más fácil que con la acuarela en pastilla o en tubo. Sin embargo, a la hora de conseguir matices se requiere cierta técnica.

<alt="Cómo utilizar los wax crayons"/>
La casa verde - Ceras Acuarelables - Macarena Márquez


A mí me gusta utilizar este tipo de lápices o barras de ceras solubles al agua, wax crayons en inglés, sobre papel negro de 300 gramos. El color sobrepigmentado de la cera vibra sobre el papel oscuro. En este caso, he utilizado papel verdoso de gramaje 300. El color es lo de menos, depende de los gustos, pero gran parte del éxito está en las marcas y en la calidad del producto.

Mi opinión sobre esta técnica es muy concreta. Recomiendo este tipo de cera, por supuesto para niños, también para personas que están empezando y que aún no tienen demasiado juicio de evaluación sobre su propia obra. Tampoco tienen complejos, y cuando se pinta de esta forma, libremente y sin temor a equivocarse, se puede llegar a resultados excelentes. Incluso a verdaderas obras de arte, a las que el artista experto llega por evolución después de pasar por todas las destrezas y estilos.

Y también las recomiendo para artistas con mucho dominio de todas las técnicas, en este caso de técnicas al agua. Porque es una forma excelente de soltarse y dejar atrás lo aprendido para desarrollar y, a veces, encontrar un lugar diferente, pintando con un estilo diferente.

A quien no recomiendo este tipo de ceras acuarelables, aunque tampoco esto que expreso es algo rotundo, y nunca se sabe, es a las personas con un nivel medio de aprendizaje en el arte de pintar. Ese nivel medio es el que requiere disciplina, y los crayons solubles al agua, si no se abandonan los miedos, pueden resultar frustrantes. Combinan el tramado de la pintura con lápiz o pastel más clásica, con la aventura del agua, que la denomino así porque es una verdadera aventura. Lo que quiero expresar es que, después de dibujar y tramar una composición, con sus luces, sombras y matices, al añadir agua con nuestro pincel sobre la pintura en seco, nos arriesgamos a perder el trabajo previo.

Por supuesto que esto es algo con lo que el artista juega desde que se enfrenta a un papel blanco, o negro, sin embargo, en el caso de los crayons es un viaje hacia el “no sé qué va a pasar”, una aventura intrépida en la que tenemos que estar continuamente arriesgándonos a perder. Está claro, el que no se arriesga no gana nada, y en esto, como en todo, hay verdaderos virtuosos de la técnica, artistas con mayúsculas que siempre ganan.

Es maravilloso que nos regalen una caja de crayons solubles al agua, si es de una marca de las reconocidas en el mercado, mucho mejor. A mí, solo el olor, ya me inclina a coger mis ceras y a pintar. Pero, si no nos las regalan y tenemos que comprarlas, empezaría por una caja de pocos colores y de una de las marcas que hay en el mercado para ensayar. Es importante probar el pigmento, que sea de calidad, y también es importante su concentración, ya que de esto depende la brillantez de los colores, su vibración. Y, por supuesto, los resultados. Hay algunos crayons que, en la caja parece que tienen colores atractivos y sólidos, pero al aplicar, simplemente al rayar, ya podemos darnos cuenta de que el pigmento no se corresponde con lo que parece, apenas pintan por decirlo de una forma lo más clara posible, no digamos ya cuando aplicamos agua, porque entonces el pigmento desaparece del todo. Sobre todo, si lo que queremos es hacer un trabajo de diseño, necesitaremos que sean cubrientes para obtener colores block. 

Hay marcas excelentes que venden este tipo de ceras solubles por separado, lo que es conveniente, primero porque con los tres colores básicos: rojo, amarillo y azul, blanco y negro, podemos hacer pruebas. Y después, si los resultados son buenos, podemos adquirir cajas de 24, de 40 o los colores que queramos. La variedad es enorme. Como digo, yo valoraría mucho, lo que más, que, al aplicar agua sobre nuestra trama de cera en seco, no queden marcas o restos; que sean realmente solubles, y que se disuelvan con facilidad, sin tener que aplicar añadidos de agua, al menos no más agua de la que queremos.

Material empleado:

Papel de gramaje 300 gr. Algodón 100%. Tamaño: Pliego.

Crayons: Ceras acuarelables. Caja de 40 unidades

Pinceles:

  • Redondos del 6 y 18
  • Plano del 12

Barniz plastifijador:

Lápiz: Carboncillo

 Recomiendo varias cosas, al margen de mi inclinación por el papel negro para esta técnica. También se pueden utilizar cuadernos de papel blanco para técnicas mixtas, existentes en el mercado, y que son de gran calidad. Siempre recomendaré gramaje alto para trabajar con ceras solubles al aguaEn ocasiones, podemos necesitar hacer raspados, y un papel con apenas gramaje no lo admitiría. En esta composición, he hecho algunas rayas raspando con un cutter.

También es bueno contar con un portaceras. Son como los portalápices, pero de diámetro mayor. Son necesarios porque los crayones vienen envueltos en un papel protector que tenemos que quitar en la medida en que vamos utilizándolos, y porque, al no pintar con ellos de forma oblicua al papel, sino más bien tumbándolos, necesitaremos un mango más largo que el que ofrece un tramo de cera o la cera entera, que no mide mucho más de 8 cms. Hay una gran diferencia entre pintar sin portaceras, o con este artilugio. Siempre en la medida de las necesidades.

Lo siguiente que recomiendo es un cutter, no sólo para raspados como ya he apuntado, sino para sacar punta, ya que, aunque después añadamos agua, podemos necesitar hacer líneas finas, e incluso dejar esas líneas sin acuarelar.

Del mismo modo aconsejo hacer pruebas de rayado en un papel antes de empezar, ya que, dependiendo de las marcas, algunas veces, al añadir el agua, permanecen las líneas que hemos trazado, y sus marcas no siempre quedan bien.

Hay paletas específicas para este tipo de ceras solubles al agua, y también se puede hacer pruebas en una tabla blanca de cocina de las que existen en el mercado, que tienen serigrafiadas pequeñas urdimbres que vienen bien a la hora de probar los colores y texturas.

Por último, he de decir que, una vez terminada la obra, suelo utilizar barniz plastifijador. Para proteger de la luz, pero también porque los oscuros tienden a matificarse, y este tipo de barniz aporta brillantez a la composición.

Espero que este artículo haya sido útil. 

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